Para el aprendizaje temprano de la lectura se utilizan tarjetas que han de tener cierta consistencia, a fin de que soporten el uso que va a hacerse de ellas.

Deben medir 10 por 35 centímetros. Las palabras han de tener un tamaño de 7,5 centímetros, e ir escritas en rojo, con caracteres de imprenta, tal como suelen aparecer en los libros, y utilizando las mayúsculas cuando corresponda. Las letras deben tener un buen grosor para que sean fácilmente perceptibles. Es importante escribir en el dorso de las tarjetas el nombre que tiene delante, para saber que se le está mostrando correctamente al niño y no del revés.

Para palabras más largas y para las frases que se emplearán luego se utilizan tarjetas de 10 por 60 centímetros.

A medida que vaya madurando la percepción visual del niño, el tamaño de las letras irá reduciéndose progresivamente un centímetro y medio o dos, y se cambiará el color de rojo a negro.

Se debe contar con material suficiente para no tener que utilizar palabras ya usadas. Es preferible detener el aprendizaje y confecciónar las tarjetas necesarias antes que volver a utilizar palabras viejas, que podrían hacer fracasar el proyecto.

Antes de empezar a mostrar las tarjetas al niño hay que preparar muchas, porque la capacidad de percepción y retención del niño es muy grande y necesitará una gran cantidad de ellas cuando se ponga en marcha el proceso.

Las tarjetas deben agruparse en series. Cada serie consiste en un grupo de cinco tarjetas que se mostrará al niño, una después de otra, durante un periodo muy corto de tiempo, entre seis y diez segundos. Cada sesión se repite tres veces o cuatro veces al día, dejando pasar al menos media hora entre una y otra. Las cinco tarjetas de cada serie se muestran cada vez en un orden diferente.

Cada día se añade una nueva serie de tarjetas con las que se realizan otras tres o cuatro sesiones, hasta que están en juego 15 o 20 tarjetas.

La primera sesión consistirá en mostrar al niño cinco tarjetas de las quince que se preparen sobre las personas o los objetos más próximos a él. Se procede así:

el niño estará colocado frente a la persona que realiza la sesión, de forma que pueda ver la tarjeta que se le muestra, pero sin que llegue a tocarla.

Se le indica

-Aquí dice mamá.

Sin añadir mas detalles y apenas transcurrido un segundo, se muestra la siguiente:

-Aquí dice papá

Se hace lo mismo  con las tres palabras restantes.

Las palabras de esta primera etapa pueden ser: papa, mama, nene, cuna, chupete, sonajero, perro, luz, comida y otras que le resulten familiares y agradables, como su nombre o el de los hermanos, los familiares más próximos, el gato o el muñeco con el que juega.

1 El primer día se repetirá la sesión inicial tres veces, espaciadas una hora como mínimo. Se presentan las palabras del modo indicado, pero no necesariamente en el mismo orden.

2 El segundo día se repiten las tres sesiones del primero, espaciándolas de manera adecuada y utilizando las mismas palabras, y se añade otro grupo de cinco palabras que se presentarán también tres veces. El segundo día se realizan seis sesiones.

3 El tercer día se repiten las seis sesiones anteriores y se añade otra más. Este día se le habrán enseñado en total tres conjuntos de cinco palabras cada uno.

4 El cuarto día se sigue con las sesiones del anterior y se añade un nuevo conjunto de cinco palabras de la lista de las partes del cuerpo.

5 Cuando un conjunto ha sido presentado durante cinco días, a partir del sexto se retira cada día una palabra y se sustituye por otra nueva. De esta forma cada cinco días se renuevan todas las palabras; cada una de ellas se habrá presentado al niño quince veces.

6 Para mantener un orden, se pueden agrupar las tarjetas en sobres apartados, o anotar la fecha en que se han presentado.

De nada sirve al niño aprender palabras si no sabe su significado y utilidad. Por eso hay que ir eligiendo un vocabulario que  conozca su significado.

Con el conocimiento del vocabulario básico como el que el niño tiene en esta etapa, ya está preparado para juntar palabras. Se trata de un paso intermedio, fácil y agradable, para llegar luego a formar frases completas.

Se empezara con dos tarjetas, donde una ponga por ejemplo mesa  y en la otra roja, no hay que escribir en la misma tarjeta mesa roja, y hacemos unas series de 5 palabras en sesiones de tres veces al día durante cinco días 

Nariz roja

Manzana verde

Patalón marrón

Pelo negro

casa morada

Luego se puede ir jugando con las cualidades como:

grande, pequeño, largo, corto, grueso, limpio.....

Para entrar en la tercera fase de utilización de oraciónes o frases cortas, se puede actuar de dos formas.

La primera consiste en el empleo de las tarjetas ya presentadas añadiendo alguna más , como una con la palabra "está" y algún nombre propio de persona o animal de compañía. Luego se procede como un juego; se selecciónan cinco nombres, cinco "está" y cinco tarjetas de palabras que indican acción, agrupándolas por separado. Se escoge una tarjeta de cada grupo, se pone delante del niño y se lee lo escrito:

- Aquí dice mamá está saltando.

A continuación se indica al niño que forme su frase con otras tres palabras, una de cada grupo, y se lee la frase que ha construido.

Frases:

Mamá esta cantando

Papá está durmiendo

María está saltando

Ramón está riendo

Pedro está jugando

Una segunda forma de abordar frases cortas como "el gato está durmiendo" es mediante un nuevo juego de cartulinas más largas, en el que las letras tendrán la altura de cinco centímetros. La palabras han de percibirse convenientemente separadas.

Las tarjetas de frases se muestran igual que las de palabras, en los momentos adecuados, con alegría y de forma rápida. Se realizan sesiones de cinco frases cada una tres veces al día durante cinco días

El plato está limpio

Juan está durmiendo

El vaso está lleno

Papá está triste

El mono está saltando

Poco a poco según el progreso se van incorporando más cartulinas con frases más largas, sesiones tres veces al día 

Y veréis que en poco tiempo el niño ya es capaz de leer.